Frente a la linealidad de la historia, sus cronologías, datos, hitos, dinastías y gobiernos, la memoria enfatiza lo que siempre se ha considerado insignificante, la cotidianidad, los afectos, los hábitos, los miedos, las esperanzas que se construyen en el ámbito de lo privado o que irrumpen en lo público a través de leyendas, proclamas, ritos y conmemoraciones.
La memoria es el pasado que actúa en el presente y que se ha tejido y se transmite en espacios históricamente feminizados. Hay mucha memoria en el cuerpo y en los saberes de las mujeres, y desde aquí queremos enfatizar su valor.
El 8 de marzo, en IMPRESIONES también paramos.